Es difícil no caer ante el encanto de una flor de Camelia o el perfume de una Gardenia (también conocida como Jazmín del Cabo). El color y la textura de sus pétalos, la forma en que se distribuyen (ordenada o tortuosa), los recuerdos que nos evocan, todo hace que se nos haga imposible no querer una en nuestra vida, ahí es cuando su permanencia nos inquieta y comenzamos a tener problemas.
Gardenia o Jazmín del Cabo
Para empezar, las Gardenias y las Camelias tienen una afición por los suelos ácidos, aunque no lo crea, por lo tanto también van a preferir el sol de la mañana, y pasar el resto del día en lugares muy, muy, muy luminosos; lo cual no significa que no resistan estar a pleno sol, pero en latitudes más extremas, por ejemplo al sur de Chile, ya que el sol llega tangencialmente, o sea, de lado.
La Camelia resiste el frío, siempre que éste no baje mucho de cero, pero la Gardenia prefiere lugares más tibios, por lo que son ideales para las terrazas cubiertas. En invierno, a las dos hay que ponerles un colchoncito (mulch) de hojarasca para que el suelo alrededor de sus raíces no se congele con las heladas, sobre todo la Camelia que está más expuesta al frío por su tamaño (llega a los 3 metros de alto).
Ahora, ¿por qué cuestan tanto o son tan difíciles? Sólo nos parecen complicadas porque no tenemos en cuenta sus necesidades especiales; así como las personas tenemos gustos diferentes, las plantas también tienen sus "mañas", y acá les daré los 3 trucos fundamentales para rescatar a sus Camelias y Gardenias, porque ya les mencioné los ambientes que prefieren cada una y esos no cuentan como "trucos especiales".
Y.. el primer truco es.. el riego: Ambas necesitan mantenerse húmedas, pero no encharcadas, por lo que necesitan suelos bien ricos en materia orgánica y con buen drenaje. Eso significa que el agua se absorbe y pasa, no se queda. La materia orgánica, la hojarasca, hace las veces de esponja, y retiene humedad, pero no el agua: ésa es LA diferencia.
Lo que nos lleva al segundo truco.. el agua: y su calidad. El agua debe ser blanda, es decir, sin cal. Lo mejor es usar agua hervida o de lluvia, pero evitar regarlas con el agua corriente de la llave; claro, con plantas en maceta es más fácil que cuando está plantada en el jardín o con riego automático. Esto es, principalmente porque la cal le baja el pH al suelo y la planta no lo absorbe y palidece las hojas... los bordes se ponen amarillentos.
Una Camelia con... muchos problemas: quemadas de sol, falta de vitaminas y nutrientes, etc.Y el tercer truco para salvar a las Camelias y las Gardenias es... el abono: Como les gustan los suelos ácidos, se le debe agregar sulfato de hierro cada 3 meses religiosamente, sobre todo si está en un jardín conviviendo con otras plantas y es regada con agua corriente. Los fertilizantes para plantas ácidas deben ser aplicados con regularidad para que resulten efectivos y la planta tenga los minerales que necesita a disposición, es decir cuando los necesita.
Gardenia con hojas amarillentas por falta de hierroDe forma particular a las Gardenias les gustan los abonos líquidos, en primavera y verano. Siempre son mejores los de origen orgánico, aplicados cada 15 días, que le aseguran dosis constantes de vitaminas y minerales, durante la floración y la época de más calor. Es un ejemplo de que NO siempre la cantidad es necesaria, sino que es la constancia la que favorece la sanidad en nuestras bellas plantas.
Espero haberles ayudado y que a partir de ahora sean mejores padres/madres de las más bellas Camelias y Gardenias del país. Si quieren consejos y ayudas con sus plantas, manden sus fotos por e-mail y les comentamos cómo mejorar.
Que tengan bellas flores en su jardín.